Falta de nutrientes: Una dieta pobre en vitaminas A, B, C, E y minerales como zinc o hierro puede afectar la salud capilar, incluyendo la de las pestañas.
Factores ambientales: La contaminación, el sol excesivo o el viento fuerte pueden secar y debilitar las pestañas.
Enfermedades o desequilibrios hormonales: Afecciones como hipotiroidismo, alopecia o el estrés crónico también pueden provocar la caída de las pestañas.
Uso excesivo de maquillaje: El rímel a prueba de agua, delineadores de larga duración y pegamento para pestañas postizas pueden causar debilitamiento si no se eliminan correctamente.
Uso frecuente de rizadores mecánicos: Estos aparatos pueden quebrar las pestañas, especialmente si se usan después de aplicar rímel.
Extensiones de pestañas mal aplicadas: Un mal procedimiento o el uso de pegamentos de baja calidad puede causar daño permanente a las pestañas naturales.
Desmaquillado agresivo: Frotar los ojos con fuerza o usar productos inadecuados puede arrancar pestañas y debilitar los folículos.
Las pestañas, aunque pequeñas, cumplen funciones vitales como proteger los ojos del polvo, sudor y otros agentes externos. Sin embargo, existen diversos factores que pueden debilitarlas, afectando su longitud, grosor y cantidad:
¿QUE HACER PARA NUTRIR LAS PESTAÑAS?
Evitar agresiones: Dar descansos entre extensiones o el uso de rímel permite que las pestañas se regeneren naturalmente.
Suplementos nutricionales: Vitaminas del complejo B (especialmente biotina), vitamina E, zinc y colágeno ayudan desde dentro al crecimiento del cabello y pestañas.
Microestimulación o masaje suave: Estimular la base de las pestañas con un cepillo especial puede mejorar la circulación y promover su crecimiento.

Aceites naturales: El aceite de ricino, almendra, coco o jojoba pueden nutrir y proteger las pestañas si se aplican con constancia.
Laminado o lifting de pestañas con queratina: Un tratamiento profesional que eleva y fortalece las pestañas con ingredientes reparadores.
Mejorar la salud y apariencia de las pestañas naturales es posible mediante tratamientos tanto cosméticos como médicos. Algunos de los más recomendados incluyen:
Sérums fortalecedores:
Productos con ingredientes como péptidos, biotina, pantenol
ácido hialurónico que estimulan el crecimiento y fortalecen la fibra capilar.